viernes, 17 de diciembre de 2010

CUESTION DE HERENCIAS

En 1991 fallece en la ciudad de Lima la Sra. Lauretana DD OO, y en abril de 1996 don Eusebio AA en Andahuaylas. Según me comentan ella falleció producto del cáncer al útero. Fue una muerte repentina. En tanto él; cuatro años después murió en su casa y, felizmente, en su habitación.

Cuando Lauretana que es mi abuela fallece, yo estudiaba en la universidad del Cusco. La noticia caló melancólicamente a mis entrañas tanto que se me formaron nudos de tristeza. En ese mes de hecho que nacieron varios bebes: en Cusco, Andahuaylas y en el mundo entero. No importa saber quiénes son ahora. En verdad, no lo quiero saber porque me recordarían la angustia que se siente cuando se pierde a un ser querido.

Y cuando me dieron la noticia del fallecimiento de don Eusebio AA SS que es mi abuelo, infelizmente ya era parte del quinto suyo. Es decir, vivía en el extranjero. No pude hacer nada, más que llorar de impotencia, y años después; a cambio de ir a su casa llevando alegrías fui al cementerio con mi llanto atado en mi corazón.

Los pimpollos de las flores que ya no están, eran sin duda sus tres nietos que con ellos vivían desde muy pequeños: Rocío, Tatiana y Lucas. En verdad, los viejitos les han criado, les han educado de acuerdo a sus posibilidades de vetustos andahuaylinos. Estos chicos que ahora son adultos siempre serán mis primos pero, sufrieron muchísimo. Mucho más de lo que se pueden imaginar.

Si acaso existe la palabra “perdón” que Dios me perdone por el concepto que guardo para con los padres de mis desafortunados primos. Aurelio y Antonio que son mis tíos por parte de mi adorable madre. Para tener hijos sólo hace falta tener sexo, desde luego con el sexo opuesto, pero lo difícil es proceder y atarearse como padres, se requiere además de tener conciencia de mucho valor y compromiso. Sin embargo, estos dos hombres que son mis tíos, nunca supieron hacer ni lo uno ni lo otro. En realidad ninguno, buenos para nada, prefirieron dejar a sus hijos bajo la tutela de sus ancianos padres para seguir en desbande con su joven vida. Yo no sé en donde estaban las madres, lo concreto es que brillaron por sus ausencias.

En aquellos años, era, pues, “La empresa de transportes Hidalgo” quienes traían las buenas nuevas desde Lima o de cualquier punto del país, ¿acaso un regalo de Navidad, de cumpleaños o para cualquier índole festivo pudieron mandar? Lamento desprestigiarlos, pero nunca, jamás supieron ser padres.

Con los años me entero que Antonio contrajo nupcias con una mujer rica poco mayor que él, ¿para qué la riqueza cuando ni siquiera un suspiro de amor puede mandar a sus seres queridos que en la distancia lloraban sus penas? En cuanto al tío Aurelio, puedo decir con certeza que a lo largo de su juventud se dedicó a procrear en cuantas mujeres se le cruzó en la vida. De hecho, ellas, sumisas por su condición de recién llegadas a una ciudad confusa y ajetreada como Lima. Se dice que el hombre tiene algo más de treinta hijos. Mientras tanto, aquí, en Andahuaylas sus otros hijos sufrían a la par de sus ancianos padres, y para el colmo, los viejos haciendo de padres. Desde luego que esta dejadez y desalmado comportamiento no tiene perdón.

Desde luego, mis primos que ahora ya son adultos, en su momento fueron los que lloraron la pérdida de mis abuelos. Sin exagerar, me dijeron que en esos años el río Chumbao supo de hartas inundaciones ¿haya sido por las lágrimas de estos infelices críos? En verdad, yo creo que sí. Fui testigo del dolor de Rocío. Me dijo apoyándose en mis escuálidos hombros que había perdido a su única madre, y que no tenía idea que sería en adelante su vida. De Lucas puedo decir mucho como nada, mejor me limito con mencionar que en aquel entonces todavía un crío, algo travieso por cierto.

En 1990 mi prima Tatiana tenía 17 años, sí, lo recuerdo con nitidez. Promediando el medio día de aquel año, pues, llegó de visita el recientemente viudo tío Pablo (hermano de mi madre). Prefiero pensar que en su mente del tío estaba el don de ayudar a su sobrina como para no definirlo como hombre de actitudes premeditadas o un ser malicioso. Lo concreto es que de común acuerdo con mis ancianos abuelos, decidió llevárselo a mi prima Tatiana a la ciudad de Lima.

-Me ayudará en la casa con mis hijos y a cambio le haré estudiar – ésa fue el pretexto que le presentó a mis abuelos, y ellos, no se opusieron. La dejaron partir a la pobre indefensa de Tatiana sin sospechar que lo haría su mujer. Lo que de mi prima recuerdo es su hermosura, su bello y fino cabello que de corto fenecía apenas llegando a los hombros. También mi retentiva se perfila en aquellos bonitos y bien marcados hoyuelos en las mejillas ¡Eran tan bonita mi prima! Y me preguntó cómo estará ahora ella, después de los pesares que la vida le ha hecho pagar. Supe que vive en el distrito de san Juan de Miraflores.

Veinte años pueden ser mucho o poco. Pero sirven para mostrar que un muerto encendido sigue encendido; que hombres sin escrúpulos sigue sin escrúpulos, que lo hecho hace muchos años por más líneas se marque al pasado permanecerá imborrable. Sin más tapujos, digamos las cosas como son, mi prima fue ultrajada por ese aquel que a su propia madre le había prometido cuidar de su sobrina. Ella, es decir, mi prima, pues, ahora tiene una hermosa hija producto de esa infortunada relación. Yo me pregunto, ¿es de hombres conscientes aprovecharse de las indefensas y desprotegidas doncellas? Se trataba de su propia de sangre, pues, no tiene perdón, por más que ahora, mi tío, ya descansa en paz y no sé en qué cementerio de Lima. Estos impúdicos actos siempre lo juzgaré y prueba de ello, son estas líneas.

El tema es que cuando la muerte llega, llega sin previo aviso. A mis abuelos – si bien ya eran ancianos-, les tocó también cuando menos se lo esperaban, y a mi tío Pablo la misma vida le hizo pagar con su propia vida de manera horrible en las calles de la gran ciudad. Años antes, todavía cuando los viejos no eran viejos, perdieron a su hijo Eusebio. Este mi tío era conocido por todo el pueblo como “el muchachón” de hecho que yo era niño cuando él falleció en 1987 producto de en avenamiento a causa de su locura (en realidad es un tema apasionante para contar y será motivo de otra historia para compartir). En verdad, el Muchachón era un tipo desequilibrado. Perdió la coherencia mientras era estudiante de Agronomía en la ciudad del Cusco, y en Andahuaylas por aquellos años se dedicó a vagar por toda la ciudad. Mi tío, mi buen tío cuando se encontraba con sus amigos solía saludarlos con ímpetu y acento militar algo así como:

¡Y, muchacho, muchachito, muchachón!

Este personaje para aquellos que quieran visitarlo, hoy descansa junto a su padre en el cementerio de Andahuaylas bajo el nombre de Eusebio AA DD. Hace una semana fui a visitar a su nicho, le puse algunas flores, y le lloré en silencio.

Bueno, creo que me fui de la mano con ésta historia, pero era necesario contar estas verdades como para entender lo que se viene. Lo concreto es que hace dos semanas llegó el otro de mis tíos de la ciudad de Lima para sanear y poner en regla el terreno que perteneció a mis abuelos. Ellos, es decir, mis abuelos, realmente no previnieron la cuestión de sus terrenos. Tal vez ganas de pensar en herencias no quisieron por el mismo olvido de sus propios hijos.

“Lamentablemente, nadie tiene una perpetuidad en este mundo, de ahí que tarde o temprano las personas pasan, pero los bienes se quedan. Aquellos bienes, derechos y obligaciones que quedan al fallecimiento de una persona, es lo que se conoce como herencias”. La herencia se puede definir como el derecho a heredar.

La cuestión es que mi tío Isidoro, a mi modo de ver, un hombre integro y de corazón noble fue nombrado por todos sus hermanos radicados en la ciudad de Lima incluidos Aurelio y Antonio para hacer los trámites de sucesión. Una vez saneado, acceder a este derecho, luego vender la propiedad y repartirse todos por igual.

Lo irónico de todo según mi tío Isidoro, es que los más exigentes son Aurelio y Antonio. Ellos después de tanto desbande llegan a su vejez sin nada. Aurelio se ha convertido en evangelista, ahora predica a dios, y el perdón entre los hombres, ¿qué fácil es vivir así, no? Qué importancia tiene el daño hecho, si Dios está para condonar, perdonar. ¿Este es el Dios que adoramos? A dios no le hizo nada, el daño se los hizo a sus propios hijos a sus padres ¿por qué tiene que sr Dios quien perdone? Y referente a Antonio supe que además de Lucas, tiene otra hija, también abandonada y vive en la ciudad de Arequipa. Son unos hijos de las mil putas amando al diablo. Mi abuela era una santa.

Como primer paso, todos los hijos del matrimonio AA DD tienen que demostrar que son hijos legítimos, además de ello, según ley, se tiene que realizar una publicación en el periódico oficial “el peruano” la sucesión, por sí por esas que la vida tiene, aparezca otros hijos que también tienen derecho a la repartición de los bienes. En este caso, afortunadamente nadie se presentó como presunto hijo o con el derecho de heredar. Todo iba bien. Teresa, Isidoro, Eduardo, Aurelio, Antonio y Silvia son los legítimos herederos. En cuanto a Pablo y Eusebio, ambos fallecidos, ya sus hijos tienen derecho a la parte que le corresponde. Pablo dejó nueve hijos, y en cuanto a mi tío Eusebio, prácticamente a nadie, ni siquiera una esposa. Bueno, esto del tema del tío Pablo, ya es cuestión familiar, arreglos internos como para no generar mucho papeleo que sólo sabe dar dolor de cabezas.

Dicho trámite empezó en la ciudad de Lima hace más de dos años. Desafortunadamente para ellos, fueron mal asesorados. Ellos hicieron los trámites solamente mencionando el nombre de mi abuelo –seguramente pensando que así sería más fácil, o tal vez asesorados por improvisados abogados-: mi abuelo Eusebio era casado legalmente con Lauretana DD, por ende la propiedad en litigio perteneció a ambos por igual. La cuestión del en cuestionamiento que está cuestionándose es, que ellos, incluido mi madre, pueden acceder solamente a la mitad de la propiedad, la otra parte, según la ley, pertenece a mi abuela, por ende, la parte de ella, por ahora, nadie tiene la potestad de quedarse a menos que demuestren ser hijos o descendientes directos.

Además de estos inconvenientes, hay otro de mayor tamaño. Se trata de Silvia, la menor de las hijas. Ella, pues, es una señora con una personalidad algo especial. Sinceramente prefiero guardarme todos mis pensamientos referentes a ella. Debo de confesar que es mi característica la curiosidad, y esto me llevó a descubrir cosas aberrantes, que también prefiero, por ahora, guardármelas. Lo que sí, mencionaré que ella goza de una personalidad bastante conflictiva producto de su ignorancia y ambición de querer adueñarse y quedarse con todas las propiedades de mis abuelos.

Cuando mis primos todavía vivían en la casa de mis abuelos con mis abuelos, Silvia siempre les hizo saber que la dueña era nadie más que ella. Es más, cuando mi tío Eusebio estaba con vida, ella se encargó de hacerle la vida imposible, creo y estoy convencido que es en partes es, la responsable de su fatídica muerte. En la actualidad ella padece del mismo achaque que mi tío Eusebio, creo que no fui directo referente a su enfermedad, mi tío era loco, esquizofrénico. Yo pregunto en relación a la salud de Silvia ¿será la culpa que lo carcome cada vez que piensa en su hermano y por eso está demente? En realidad el tiempo no lo dirá, ya está dicho. Todo mal, se paga en vida.

Pero como si todo esto fuera poco, Silvia aún se empecina en tener la razón. Mírenlo cuan insolente es la ignorancia. Pretende quedarse con toda la propiedad y hacer caso omiso el deseo de sus hermanos. El tema es que mientras mis abuelos estaban con vida, le regaló el terreno donde hoy pasa todo el color bello de sus días. Ríanse conmigo mis queridos ángeles, quieren hacer creer a todos los diablos que ellos, es decir; Silvia con su esposo compraron el terreno. Lo concreto es que hay un papel firmado con dos testigos, se presume que esos testigos son familiares del marido de Silvia, y para el colmo ese documento data un año antes del fallecimiento de mi analfabeto abuelo. Yo no sé ustedes, mis queridos ángeles, pero yo, ya lo entendí todo.

Ahora comprendo con nitidez el por qué Silvia no quería que lo visitará, mucho menos que hablara con mi abuelo antes que me vaya al extranjero. Yo tengo memoria fotográfica para algunas cosas, recuerdo que ella me votó de la casa del abuelo mientras conversaba en el patio de su casa. Cómo olvidar esa cara de perra que me puso, solo le faltaba las babas como para definirla con mal de rabia. Ay, mi Dios, hay cosas que jamás comprenderé de las personas. Cuando se trata de lo material muchos pierden el sentido, enloquecen.

No quiero pensar que la ambición es cuestión genética, lo juro que no, pero estoy palpando dentro de mi entorno, esta vez con otros actores, estos muchos más jóvenes, peleándose por una herencia. Algunos, incluso estudian abogacía además de querer hacerse llamar “doctor” con la intención de sacar ventajas en sus supuestos derechos de herencia. Esto pasa dentro del segundo grado de mi familia. Ciertamente, aborrezco estas feas maneras de proceder.

Sólo espero que Silvia cambie de actitud, y de una buena vez comprenda que todos tienen derecho, inclusive los que no merecen. Sin embargo, soy de los que piensa que a cambio de los derechos de estos dos individuos que vengo mencioné, se los tiene que dar en porcentaje mayor a Tatiana y Rocío como parte de Antonio, y a Lucas le correspondería la parte de Aurelio, ¿no les parece? En verdad, yo ya le dije mi parecer a mi tío Isidoro. Sólo espero qué prime la coherencia. Pero antes se tiene que solucionar todos estos inconvenientes como para que se repartan de acuerdo a la ley de la conciencia.

Agrego una última, se viene el problema en mi propia familia. Mis viejos son ancianos y todavía no saben qué o cómo hacer la distribución de sus bienes. Espero que la experiencia de sus padres, es decir, de mis abuelos los haya servido como para que hagan lo que tienen que hacer. En lo personal, me gustaría que vendan y mientras vivan, y subsistan con el dinero de la venta como para que no se sientan comprometidos ni preocupados en la distribución. ¡Ojo papá, mamá, yo quiero la casa donde vivimos! Ups, se me escapó.

Alejandro de Andahuaylas

Próximo relato: el incendio de la Kurawa

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Poesía andina: Espíritu

Alejandro en Imágenes

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Pronombres del runa-simi

MODO AFIRMATIVO
singular
-Ñuq’a.. kani... yo soy
-Q’an... Kanki..tu eres
-Pay … kan … ella/el es
-Kay … kan … esto es (neutro)

plural
-Ñuq’ayku…Kaniku… Nosotros
-Q’ankuna…Kankichi..Ustedes
-Paykuna…. Kanku…. Ellos/ellas
-Kaykuna….Kkanku… Estos/tas

Importante:
* El pronombre ÑUQ’A termina en vocal, entonces se le agrega el sufijo YKU.
* Cuando los pronombres terminan en una consonante se le agrega el sufijo KUNA

MODO NEGATIVO
-Ñuq’a mana kani
-Q’an manan Kanki-chu
-Pay manan kan
-Kay manan kan-chu
-Ñuq’ayku manan Kaniku-chu
-Q’ankun manan Kankichi-chu
-Paykuna maman Kanku-chu
-Kaykuna manan Kanku-chu

Importante:
*Cuando el pronombre termina en consonante el modo negativo es MAMAN, MANA cuando termina en vocal, pero con algunas exepciones. Además al sustantivo se le agrega el sufijo CHU.

Algunos ejemplos
-q'an manan kanki-chu (tu no eres)
-q'an manan kanki q'elqaq-chu (no eres escritor)
-Ñuq’a kani ductur / q'ampiq runa
-ñuq'a manan kani q'ampiq-chu
-paykuna maman kanku ductur-kuna-chu

Manuel Macchiavello

Discurso en el Salon Dorado

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